Pasaje a lo desconocido

Cuanta tristeza se apodera hoy de mi. Cuanta pena e impotencia quizás compartida por muchos cubanos que hemos abandonado nuestro país, nuestra cultura, nuestra gente, solo porque deseábamos un futuro mejor y en nuestro país no se nos permitió luchar por él.

¿Cuantos nos hemos ido en busca de algo que verdaderamente no conocíamos, pero que como todo lo prohibido, era más interesante en nuestra imaginación? 

Esa búsqueda ha sido para muchos quizás un pasaje a lo desconocido, excitante o lleno de nuevas aventuras, con alegrías y tristezas, sufrimientos y compensaciones. Pero al final esa es la vida; momentos buenos y malos, estemos donde estemos.

Sin duda todos los que nos hemos marchado hemos recibido la libertad como premio. Esa que aun le debemos a nuestros compatriotas y con la que hoy muchos pueden solo soñar. 

Si algo he aprendido en estos años fuera de Cuba es que problemas hay donde quiera que vayamos, he aprendido que la mejor solución no es escapar para buscar lo que deseamos, sino quedarnos donde por derecho nos corresponde y luchar desde allí por alcanzar nuestros sueños. 

Y dicho así suena a historia con final feliz… 

Mi tristeza regresa cuando pongo los pies en la tierra y me doy cuenta que unos pocos individuos se han apoderado de nuestras vidas y han determinado no dejarnos luchar por alcanzar esos sueños.

Tres meses

Siempre había creído que el imperio era el responsable de todas nuestras desgracias y que si bajábamos la guardia nos declararían la guerra, creía que la educación y la salud nos la regalaba nuestro bondadoso estado, creía que por todo el mundo se escuchaban voces de reclamo por el fin del bloqueo genocida que tantas vidas nos había costado, pero por sobre todas las cosas pensaba que el socialismo era el sistema perfecto, y que éramos los mas justos e internacionalistas del mundo.

Me bastaron solo tres meses para entender que lo que había creído tantos años, y por lo que habría luchado hasta la muerte no era cierto, en solo 3 meses descubrí que me habían hecho creer en una realidad que no existía.

Descubrí que Estados Unidos ni es el único responsable por nuestra ineficacia como sistema económico- político, ni nos quieren declarar la guerra. También entendí que la educación y la salud son financiados con nuestro propio trabajo el cual esta subvalorado en extremo. Descubrí ademas que el sistema perfecto no existe y que el internacionalismo es usado como pretexto para justificar acciones políticas o económicas, y que de cualquier modo le reportan cuantiosas ganancias al estado cubano, lo que no al pueblo. En esos tres meses descubrí muchas cosas.

Con la verdad en la mano, mi verdad, decidí escapar y vivir mi vida. Me pude haber quedado y luchado desde dentro por lo que ahora creo justo, pero en ese momento solo pensaba en recuperar el tiempo perdido y aprender mucho mas. Por mi decisión de vivir mi vida, he tenido que estar alejada de la gente que quiero y en la que realmente creo, pero no me arrepiento, al contrario. Ahora soy libre y tengo la seguridad de saberme dueña de mi misma, y desde donde estoy puedo compartir la información que poseo con aquellos que sí se quedaron.

Embajadores para la democracia

Ahora que Obama aparece en casi todas las noticias, también yo me quiero sumar y hablar un poco, no tanto de este hombre (que ademas me parece extraordinario), sino mas bien de la política de los Estados Unidos hacia Cuba y de los cambios que están por venir.

Hace unos días decía Clinton que Obama cree que “los cubano-estadounidenses son los mejores embajadores para la democracia, libertad y apertura del mercado económico”. Y nada mas cerca de la verdad!!!

Para nadie es un secreto, que la gran mayoría de las dictaduras en el mundo sobreviven, en parte, porque mantienen al pueblo lejos de toda la información que les pueda revelar que están siendo desarraigados de sus mas elementales derechos como seres humanos. 

En mi opinión una dictadura no se destruye aplicando los mismos principios que ésta practica. ¿Como se puede restringir y atosigar aun más a un pueblo que ha sufrido y aun sufre 50 años de hostigamiento, persecución e injusticias? 

A ese pueblo habría que enseñarle que existen alternativas al sometimiento y a la opresión, que existe una vida sin doble moral, que no hay nada malo en querer vivir mejor, que no todo el capitalismo es igual, ni tan malo como lo pintan, entre otros muchos etcéteras que tendríamos que conocer. Esta información debe y puede llegar desde afuera, mejor aun si es a través de nuestros familiares mas allegados.

Ahora solo esperemos que Obama finalmente elimine estas ineficientes restricciones y exhorte al pueblo cubano- americano a viajar a Cuba y contar las verdades que se nos han ocultado por tantos años.

¿Conquistas de la revolución?

Hoy hablando con mi padre me contaba por enésima vez alguna historia de su viaje de regreso de la “Unión Soviética”, hace ya mas de 30 años. Solo entonces entendí que él no solo ha repetido esas aventuras como un ejercicio de egolatría, sino que involuntariamente ha desarrollado en mi una disposición (también involuntaria) para asimilar lo no vivido como propio.

Supongo que es lo que ha pasado con millones de cubanos de mi generación, que hemos escuchado toda la vida historias de nuestros abuelos y las hemos asumido como nuestras. Es una pena que muchas de estas anécdotas hayan sido solo, como en el caso de mi padre, ejercicios de egolatría de nuestros abuelos gobernantes que se han convertido en mitos (definicion: Conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten en modelo o prototipo). Lo peor es la gran desinformación que hoy se apropia de mi país.

Menciono algunos datos:

En Cuba hoy se habla de crecimiento y desarrollo, de aumento de la producción de leche, de inversiones en la industria metalúrgica, de autorización a comprar teléfonos, de hoteles y playas para cubanos, de licencias para el transporte de pasajeros, de cifras arrolladoras en temas de educación y salud. 

Yo solo me pregunto si alguna vez nuestra generación se ha cuestionado si todas estas conquistas son en realidad logros de la revolución. YO YA NO LO CREO!!!

Antes del año 1959 Cuba era el tercer país de América Latina con mayor solidez monetaria por sus reservas de oro, dólares y valores convertible, y tenía la inflación más baja de Latinoamérica, ocupaba el octavo lugar con 0.86 cabezas de ganado vacuno por habitante. Cuba tenía el primer lugar en el consumo de pescado fresco, con 5.6 libras seguida de los Estados Unidos con 5.4 (normal con tanto mar alrededor). Tenia la primera y segunda posición en el mundo en la producción de Cobalto y Níquel respectivamente.

Cuba ocupaba el tercer lugar en América Latina en el número de habitantes por teléfono.

Durante los meses de verano, por ley, todo el comercio cerraba sus puertas a la 1 p.m. dos días a la semana para que los trabajadores pudieran disfrutar de las playas, que estaban abiertas al pueblo.

Cuba ocupaba el tercer lugar en el número de habitantes por automóvil.

Antes del triunfo de la revolución Cuba ocupaba el segundo lugar de Latinoamérica en número de habitantes por médicos, superada solo por Argentina. El índice de mortalidad infantil por millar de nacidos era el más bajo en Latinoamérica, y ocupaba el quinto lugar de América en numero de habitantes por estudiante universitario.

Entonces? Saquen ustedes sus propias conclusiones. Conquistas de la revolucion? o lavado de cerebro?

¿Fríos o calientes?

Ayer discutía con algunos amigos sobre las diferencias que nos caracterizan a las personas. Algunos coincidíamos en la idea de que el ser humano no es muy diferente entre si en cuanto a sentimientos o inteligencia. 

La cuestión era descubrir si en realidad las personas de países nórdicos son mas fríos que aquellos que venimos del sur.

Mi opinión es que de pequeños aprendemos ciertas normas de conductas, dependiendo del sitio donde estemos, las cuales están dictadas por la historia y tradiciones de cada lugar, que en fin nos llevan a comportarnos de una forma u otra, ya sea pensando, actuando, expresándonos, observando, etc. Pero en realidad todos somos capaces de reír, llorar, opinar, escuchar, amar y hasta de odiar. Claro… unos en mayor o menor medida que otros, o quizás de una forma más o menos evidente.

Para mi lo mas importante es aprender a descifrar el lenguaje de cada uno, para  ser capaz entonces de percibir el calor que cada uno lleva en su interior y de esta forma también enriquecer nuestro propio YO.