Cuando salí de Cuba todavía pensaba que un mundo mejor era posible, que el hombre nuevo, aquellos de mi generación, éramos capaces de construir ese sistema perfecto, que éramos aquellos que podíamos (o debíamos) luchar para hacer que todos fuéramos iguales.
En aquellos tiempos aun creía que esas ideas que tanto me habían inculcado eran ciertas y pude haber hasta luchado por defenderlas. Afortunadamente ya he despertado de ese sueño utópico… sigo pensando que un mundo mejor es posible, pero ya se que no todos los hombres podemos ser iguales, porque es que ¿qué somos sino eso? humanos, que por naturaleza nos esforzamos por ser cada ves mas individuales y distintos, y ¿no es esto precisamente una de las características más destacadas de la humanidad?
¿No queda claro entonces que este concepto de igualdad va en contra de nuestra propia naturaleza? ¿por qué entonces continuar con ese discurso de igualdad cuando en realidad todos sabemos que perseguir este inhumano ideal solo conlleva coerción, imposición y violencia?
En Cuba ha quedado demostrado que “igualdad” es un termino factible, solo que algunos son mas iguales que otros…
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