Hoy me encontré, despues de tantos dias, con mi vecina de los altos. Conversamos unos minutos sobre cosas generales, que si el tiempo ya va mejorando, que si el nuevo contenedor de basura que pusieron en el edificio es mas amplio. Al final acordamos dejar una nota en la pizarra de la entrada, con el fin de informar a los demás habitantes del edificio del nuevo cajón azul.
Esa pequeña charla me hizo recordar las interminables reuniones del CDR (*) de mi barrio en Cuba donde se planteaban problemas y no se llegaba a soluciones.
Los CDR se crearon como una organización no gubernamental, que tiene paradójicamente el objetivo principal de movilizar a todo el pueblo en las tareas de defensa de la revolución y de las conquistas del socialismo.
Dichos comités han llevado a cabo actividades sociales muy efectivas, como las campañas para la donación de sangre, o contra el famoso Aedes Aegyptis, o aquellas para el ahorro energético.
Todo esto muy positivo, pero que para mi se queda sin valor cuando considero que ha constituido el ente encargado de extender el miedo, la mentira, la doble moral, la coerción y el oportunismo en nuestro país.
Basta recordar los 27 de septiembre (**), que bajábamos a la actividad solo cuando ya estaba lista la caldosa, o cuando asistíamos a las reuniones solo por cumplir, o cuando en vano planteábamos los problemas de la cuadra: el alumbrado publico, el transporte, los apagones, los huevos que nunca llegan.
¿Acaso alguna vez se atendió alguna solicitud nuestra? ¿En algún momento vimos la “cotización” mensual (si, los CDR se pagan) invertida en algo productivo? ¿Nos aportó algo ser parte de este Comité, además de sentirnos y estar constantemente vigilados por nuestro vecino más cercano?
...Y pensar en lo facil que se podrían resolver las cosas con una nota que todos pudieran leer y el problema (o la solucion) quedaría comunicado(a).
(*) Comités de Defensa de la Revolución
(**) Día previo al aniversario de la creación de los CDR.
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