03 mayo, 2009

Los dioses rotos



Hoy he visto el largometraje cubano “Los dioses rotos“ de Ernesto Daranas, una película que no pretende abarcar completamente la sociedad cubana de hoy, llena de muchos y más profundos conflictos, sino que representa perfectamente una parte de Cuba: ese bajo mundo que se vive en muchos barrios de nuestro país.
La película nos revela un lenguaje sucio y vulgar, escenas duras, hermosas y también muy tristes. En fin, una trama llena de tragedia, dolor, amor y odio.
Buscando información del filme en general me entero que ha levantado un sinfín de criticas positivas allá donde se muestre: obtuvo el premio del público en Gibara así como en el Festival de la Habana, el premio de la prensa, el premio del Círculo de Periodistas cinematográficos y fue seleccionada por los especialistas como una de las mejores películas exhibida en el 2008.
El tema de la película puede que sea completamente ajeno para no- cubanos o para muchos cubanos que emigraron hace tiempo, y el lenguaje utilizado quizás no sea entendido por muchos, pero desgraciadamente en nuestro país la educación y los valores morales se han vuelto conceptos quiméricos. La jinetera existe y tiene razones (que pocas veces son cuestionadas) para hacer lo que hace, existe el chulo que tiene a “maricones” y “putas” trabajando para él y también existen los homosexuales y travestis. Todos esos personajes de la vida real, representados magistralmente en el filme, tienen su propio lenguaje, vulgar e improvisado, característico de ese submundo donde viven personas que han sido marginadas por mucho tiempo.
No creo que todos los cubanos debamos sentirnos identificados con la película ni con sus personajes, porque es que no se trata de eso, no se trata encasillar al cubano en este esquema, pero creo que ya era hora de traer películas como esta, que sin tocar el tema político nos muestran cosas que pasan en nuestra sociedad y que a veces ni nos damos cuenta o no queremos ver. Ya es tarea de cada cual analizar las causas y los responsables de que tales cosas sucedan en la Cuba de hoy.

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