23 junio, 2009

Laura y la emigración


Laura*, mi vecina de Cuba, se casó con un extranjero porque en Cuba ya se asfixiaba. El ahora esposo siempre le dijo que era pobre, que en su país era un simple obrero. Ella lo escuchaba pero siempre pensaba que “afuera” aun siendo un simple obrero tendría más dinero que un cubano, que podría vivir mejor con todo el confort que se supone una casa en Europa tiene y no tendría ni que asistir a mas reuniones ni darle cuenta siempre a alguien por cada paso que daba o dejaba de dar.

Poco tiempo después del matrimonio y en cuanto la burocracia le dió el “OK”, Laura emigró como una cubana mas de nuestra generación que se va supuestamente por problemas económicos. Mi ex- vecina después de algunos años de matrimonio fracasado, se encuentra actualmente atrapada entre problemas económicos, el desamor, la nostalgia, los recuerdos de un pasado que ya no regresará y no logra salir adelante en una sociedad tan diferente y alejada de lo que siempre soñó.

Esta joven cubana está viviendo el fracaso que muchos cubanos al salir de Cuba experimentan pero que muy pocos cuentan. Desgraciadamente “afuera” no todo es como muchos soñamos estando dentro de Cuba y muchos solo encuentran frustraciones cuando salen “por problemas económicos”.

Quizás si las cosas en nuestro país fueran diferente, si no hubieran tantas restricciones internas, si dejaran a la gente trabajar de forma privada y luchar por el futuro que soñaron, muchos jóvenes como Laura no se hubieran ido en busca de un mundo que nunca quisieron explorar, ni sufrieran hoy las consecuencias de un sistema y una gente a la que no se adaptan. Muchos piensan que esos jóvenes se han marchado no por problemas políticos, sino económicos. Pero, ¿quien controla la economía en Cuba si no es la fuerza política?
* Nombre ficticio.

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